Alfredo Landa, uno de los últimos representantes del cine español de siempre, nos ha dejado a los 80 años. El actor navarro participó en innumerables películas e incluso dio nombre a una época: el landismo. Aún se le recuerda más por esa época cómica, en la que encarnaba al macho ibérico de 1'60m, que por su época seria de actor consagrado, especialmente a partir de Los santos inocentes, donde según Miguel Delibes, Landa "habla con la mirada".
Hay dos películas de su primera época que me gustaría reivindicar por su calidad, por su validez y también por su vigencia: Vente a Alemania Pepe y No firmes más letras cielo. En la primera vemos la cruda realidad del emigrante español pluriempleado en Alemania, mientras que en la segunda Alfredo Landa es una víctima de la mujer, de la suegra, de la computadora y sobre todo de la sociedad de consumo.
¡Hasta siempre, don Alfredo!
